lunes, 15 de agosto de 2011
Mi cajita de música
Y sí, gracias a una colega, rescaté a esta mujer...Adele. Ella y Norah Jones son puntos clave.
Deja que el río te lleve al mar
Desde hace algunos años he venido siendo partidaria de pensar que todo en la vida pasar por algo, que las personas llegan y se van, su presencia es transitoria pero que todos, absolutamente todos, por corta que sea su estancia, nos enseñan algo.
Esto siempre lo he pensado pero este fin de semana tuve una revelación. Sí, una revelación de esas como exóticas que llegan y te dejan con la boca abierta. Hace mucho tiempo no analizaba la vida en todas sus magnitudes, en su ancho y largo, pero el sábado lo hice, sin pensar que lo haría porque ese no era mi objetivo...es más, no tenía un objetivo.
Yo he hablado con muchas personas, de todos los pensamientos, profesiones. Por mis ojos han pasado cantidad de interlocutores y sé que me faltan muchos, pero el del sábado fue muy extraño, no para mal, por el contrario, para bien.
Resulta que me siento a conversar, creí que sería algo de trabajo, como la mayoría de conversaciones que tengo últimamente, pero sin darme cuenta nos desviamos. El universo y sus energías fueron el punto de la noche, "lo que conviene llega, lo que no se va. No hay que meterle tanta cabeza al cuento...", fueron algunas de las cosas que me dijo y sí. Ahí es cuando la angustia me invadió.
En realidad, desde hace algunos días me he dado cuenta que pienso mucho las cosas, más de lo que debería. Esto no significa que yo no sea feliz, por el contrario, soy muy feliz, inmensamente afortunada y me siento muy contenta, pero le echo tanta cabeza a las cosas que al final del día terminan sin tener sentido.
Durante la charla analicé todos los ámbitos de mi vida y pensé en varias ocasiones que aunque el objetivo de MI existencia es ser feliz, muchas veces uno pone muchas "trampas mentales" para no serlo. Es increíble encontrar la felicidad en cosas pequeñas como una mariposa, una flor, una canción, amar lo que se hace, amar el olor de la mañana, los colores del mundo, pero como uno está tan ocupado analizando lo que le falta, deja pasar lo que tiene.
Deja que el río te lleve al mar
La lección de la noche fue aprendida: "Laura, deja que el río te lleve al mar". Creo que pocas frases habían causado en mí tanto impacto, puso en perspectiva todo lo que pienso, lo que siento y lo que creo que viene. No sé, no sé porqué no puedo de pensar en ella. Demás que mis amigos, cuando decían que "el que piensa pierde", tenían razón. Nunca les creí pero hoy en día veo que es cierto.
Que el río me lleve al mar significa que debo relajarme mientras pasan los arrollos, sentir el sonido de la naturaleza mientras bajo con la corriente. Si antes pensaba mucho en todo, ahora pienso mucho en no pensar tanto.
No me gusta mucho tener conexiones, me dan susto, pero sí las he tenido. No sé si son una bendición o una maldición, la tuve y me gusta, me hace pensar que debo dejar que el río me lleve al mar...y bastante falta que me hace dejarme llevar.
viernes, 3 de junio de 2011
Encontré esto. Una obra de arte
Encontré este texto en un escondido rincón de Elmalpensante.com, me cautivó con su certeza.
¡Recomendado!
Gracias a mi amiga Daniela Ochoa, encargada de que yo leyera esta belleza de texto.
¡Recomendado!
Gracias a mi amiga Daniela Ochoa, encargada de que yo leyera esta belleza de texto.
Sal con una chica que no lee (Por Charles Warnke)
Sal con una chica que no lee. Encuéntrala en medio de la fastidiosa mugre de un bar del medio oeste. Encuéntrala en medio del humo, del sudor de borracho y de las luces multicolores de una discoteca de lujo. Donde la encuentres, descúbrela sonriendo y asegúrate de que la sonrisa permanezca incluso cuando su interlocutor le haya quitado la mirada. Cautívala con trivialidades poco sentimentales; usa las típicas frases de conquista y ríe para tus adentros. Sácala a la calle cuando los bares y las discotecas hayan dado por concluida la velada; ignora el peso de la fatiga. Bésala bajo la lluvia y deja que la tenue luz de un farol de la calle los ilumine, así como has visto que ocurre en las películas. Haz un comentario sobre el poco significado que todo eso tiene. Llévatela a tu apartamento y despáchala luego de hacerle el amor. Tíratela.
Deja que la especie de contrato que sin darte cuenta has celebrado con ella se convierta poco a poco, incómodamente, en una relación. Descubre intereses y gustos comunes como el sushi o la música country, y construye un muro impenetrable alrededor de ellos. Haz del espacio común un espacio sagrado y regresa a él cada vez que el aire se torne pesado o las veladas parezcan demasiado largas. Háblale de cosas sin importancia y piensa poco. Deja que pasen los meses sin que te des cuenta. Proponle que se mude a vivir contigo y déjala que decore. Peléale por cosas insignificantes como que la maldita cortina de la ducha debe permanecer cerrada para que no se llene de ese maldito moho. Deja que pase un año sin que te des cuenta. Comienza a darte cuenta.
Concluye que probablemente deberían casarse porque de lo contrario habrías perdido mucho tiempo de tu vida. Invítala a cenar a un restaurante que se salga de tu presupuesto en el piso cuarenta y cinco de un edificio y asegúrate de que tenga una vista hermosa de la ciudad. Tímidamente pídele al mesero que le traiga la copa de champaña con el modesto anillo adentro. Apenas se dé cuenta, proponle matrimonio con todo el entusiasmo y la sinceridad de los que puedas hacer acopio. No te preocupes si sientes que tu corazón está a punto de atravesarte el pecho, y si no sientes nada, tampoco le des mucha importancia. Si hay aplausos, deja que terminen. Si llora, sonríe como si nunca hubieras estado tan feliz, y si no lo hace, igual sonríe.
Deja que pasen los años sin que te des cuenta. Construye una carrera en vez de conseguir un trabajo. Compra una casa y ten dos hermosos hijos. Trata de criarlos bien. Falla a menudo. Cae en una aburrida indiferencia y luego en una tristeza de la misma naturaleza. Sufre la típica crisis de los cincuenta. Envejece. Sorpréndete por tu falta de logros. En ocasiones siéntete satisfecho pero vacío y etéreo la mayor parte del tiempo. Durante las caminatas, ten la sensación de que nunca vas regresar, o de que el viento puede llevarte consigo. Contrae una enfermedad terminal. Muere, pero solo después de haberte dado cuenta de que la chica que no lee jamás hizo vibrar tu corazón con una pasión que tuviera significado; que nadie va a contar la historia de sus vidas, y que ella también morirá arrepentida porque nada provino nunca de su capacidad de amar.
Haz todas estas cosas, maldita sea, porque no hay nada peor que una chica que lee. Hazlo, te digo, porque una vida en el purgatorio es mejor que una en el infierno. Hazlo porque una chica que lee posee un vocabulario capaz de describir el descontento de una vida insatisfecha. Un vocabulario que analiza la belleza innata del mundo y la convierte en una alcanzable necesidad, en vez de algo maravilloso pero extraño a ti. Una chica que lee hace alarde de un vocabulario que puede identificar lo espacioso y desalmado de la retórica de quien no puede amarla, y la inarticulación causada por el desespero del que la ama en demasía. Un vocabulario, maldita sea, que hace de mi sofística vacía un truco barato.
Hazlo porque la chica que lee entiende de sintaxis. La literatura le ha enseñado que los momentos de ternura llegan en intervalos esporádicos pero predecibles y que la vida no es plana. Sabe y exige, como corresponde, que el flujo de la vida venga con una corriente de decepción. Una chica que ha leído sobre las reglas de la sintaxis conoce las pausas irregulares –la vacilación en la respiración– que acompañan a la mentira. Sabe cuál es la diferencia entre un episodio de rabia aislado y los hábitos a los que se aferra alguien cuyo amargo cinismo countinuará, sin razón y sin propósito, después de que ella haya empacado sus maletas y pronunciado un inseguro adiós. Tiene claro que en su vida no seré más que unos puntos suspensivos y no una etapa, y por eso sigue su camino, porque la sintaxis le permite reconocer el ritmo y la cadencia de una vida bien vivida.
Sal con una chica que no lee porque la que sí lo hace sabe de la importancia de la trama y puede rastrear los límites del prólogo y los agudos picos del clímax; los siente en la piel. Será paciente en caso de que haya pausas o intermedios, e intentará acelerar el desenlace. Pero sobre todo, la chica que lee conoce el inevitable significado de un final y se siente cómoda en ellos, pues se ha despedido ya de miles de héroes con apenas una pizca de tristeza.
No salgas con una chica que lee porque ellas han aprendido a contar historias. Tú con la Joyce, con la Nabokov, con la Woolf; tú en una biblioteca, o parado en la estación del metro, tal vez sentado en la mesa de la esquina de un café, o mirando por la ventana de tu cuarto. Tú, el que me ha hecho la vida tan difícil. La lectora se ha convertido en una espectadora más de su vida y la ha llenado de significado. Insiste en que la narrativa de su historia es magnífica, variada, completa; en que los personajes secundarios son coloridos y el estilo atrevido. Tú, la chica que lee, me hace querer ser todo lo que no soy. Pero soy débil y te fallaré porque tú has soñado, como corresponde, con alguien mejor que yo y no aceptarás la vida que te describí al comienzo de este escrito. No te resignarás a vivir sin pasión, sin perfección, a llevar una vida que no sea digna de ser narrada. Por eso, largo de aquí, chica que lee; coge el siguiente tren que te lleve al sur y llévate a tu Hemingway contigo. Te odio, de verdad te odio.
Deja que pasen los años sin que te des cuenta. Construye una carrera en vez de conseguir un trabajo. Compra una casa y ten dos hermosos hijos. Trata de criarlos bien. Falla a menudo. Cae en una aburrida indiferencia y luego en una tristeza de la misma naturaleza. Sufre la típica crisis de los cincuenta. Envejece. Sorpréndete por tu falta de logros. En ocasiones siéntete satisfecho pero vacío y etéreo la mayor parte del tiempo. Durante las caminatas, ten la sensación de que nunca vas regresar, o de que el viento puede llevarte consigo. Contrae una enfermedad terminal. Muere, pero solo después de haberte dado cuenta de que la chica que no lee jamás hizo vibrar tu corazón con una pasión que tuviera significado; que nadie va a contar la historia de sus vidas, y que ella también morirá arrepentida porque nada provino nunca de su capacidad de amar.
Haz todas estas cosas, maldita sea, porque no hay nada peor que una chica que lee. Hazlo, te digo, porque una vida en el purgatorio es mejor que una en el infierno. Hazlo porque una chica que lee posee un vocabulario capaz de describir el descontento de una vida insatisfecha. Un vocabulario que analiza la belleza innata del mundo y la convierte en una alcanzable necesidad, en vez de algo maravilloso pero extraño a ti. Una chica que lee hace alarde de un vocabulario que puede identificar lo espacioso y desalmado de la retórica de quien no puede amarla, y la inarticulación causada por el desespero del que la ama en demasía. Un vocabulario, maldita sea, que hace de mi sofística vacía un truco barato.
Hazlo porque la chica que lee entiende de sintaxis. La literatura le ha enseñado que los momentos de ternura llegan en intervalos esporádicos pero predecibles y que la vida no es plana. Sabe y exige, como corresponde, que el flujo de la vida venga con una corriente de decepción. Una chica que ha leído sobre las reglas de la sintaxis conoce las pausas irregulares –la vacilación en la respiración– que acompañan a la mentira. Sabe cuál es la diferencia entre un episodio de rabia aislado y los hábitos a los que se aferra alguien cuyo amargo cinismo countinuará, sin razón y sin propósito, después de que ella haya empacado sus maletas y pronunciado un inseguro adiós. Tiene claro que en su vida no seré más que unos puntos suspensivos y no una etapa, y por eso sigue su camino, porque la sintaxis le permite reconocer el ritmo y la cadencia de una vida bien vivida.
Sal con una chica que no lee porque la que sí lo hace sabe de la importancia de la trama y puede rastrear los límites del prólogo y los agudos picos del clímax; los siente en la piel. Será paciente en caso de que haya pausas o intermedios, e intentará acelerar el desenlace. Pero sobre todo, la chica que lee conoce el inevitable significado de un final y se siente cómoda en ellos, pues se ha despedido ya de miles de héroes con apenas una pizca de tristeza.
No salgas con una chica que lee porque ellas han aprendido a contar historias. Tú con la Joyce, con la Nabokov, con la Woolf; tú en una biblioteca, o parado en la estación del metro, tal vez sentado en la mesa de la esquina de un café, o mirando por la ventana de tu cuarto. Tú, el que me ha hecho la vida tan difícil. La lectora se ha convertido en una espectadora más de su vida y la ha llenado de significado. Insiste en que la narrativa de su historia es magnífica, variada, completa; en que los personajes secundarios son coloridos y el estilo atrevido. Tú, la chica que lee, me hace querer ser todo lo que no soy. Pero soy débil y te fallaré porque tú has soñado, como corresponde, con alguien mejor que yo y no aceptarás la vida que te describí al comienzo de este escrito. No te resignarás a vivir sin pasión, sin perfección, a llevar una vida que no sea digna de ser narrada. Por eso, largo de aquí, chica que lee; coge el siguiente tren que te lleve al sur y llévate a tu Hemingway contigo. Te odio, de verdad te odio.
Sal con alguien que se gasta todo su dinero en libros y no en ropa, y que tiene problemas de espacio en el clóset porque ha comprado demasiados. Invita a salir a una chica que tiene una lista de libros por leer y que desde los doce años ha tenido una tarjeta de suscripción a una biblioteca.
Encuentra una chica que lee. Sabrás que es una ávida lectora porque en su maleta siempre llevará un libro que aún no ha comenzado a leer. Es la que siempre mira amorosamente los estantes de las librerías, la que grita en silencio cuando encuentra el libro que quería. ¿Ves a esa chica un tanto extraña oliendo las páginas de un libro viejo en una librería de segunda mano? Es la lectora. Nunca puede resistirse a oler las páginas de un libro, y más si están amarillas.
Es la chica que está sentada en el café del final de la calle, leyendo mientras espera. Si le echas una mirada a su taza, la crema deslactosada ha adquirido una textura un tanto natosa y flota encima del café porque ella está absorta en la lectura, perdida en el mundo que el autor ha creado. Siéntate a su lado. Es posible que te eche una mirada llena de indignación porque la mayoría de las lectoras odian ser interrumpidas. Pregúntale si le ha gustado el libro que tiene entre las manos.
Invítala a otra taza de café y dile qué opinas de Murakami. Averigua si fue capaz de terminar el primer capítulo de Fellowship y sé consciente de que si te dice que entendió el Ulises de Joyce lo hace solo para parecer inteligente. Pregúntale si le encanta Alicia o si quisiera ser ella.
Es fácil salir con una chica que lee. Regálale libros en su cumpleaños, de Navidad y en cada aniversario. Dale un regalo de palabras, bien sea en poesía o en una canción. Dale a Neruda, a Pound, a Sexton, a Cummings y hazle saber que entiendes que las palabras son amor. Comprende que ella es consciente de la diferencia entre realidad y ficción pero que de todas maneras va a buscar que su vida se asemeje a su libro favorito. No será culpa tuya si lo hace.
Por lo menos tiene que intentarlo.
Miéntele, si entiende de sintaxis también comprenderá tu necesidad de mentirle. Detrás de las palabras hay otras cosas: motivación, valor, matiz, diálogo; no será el fin del mundo.
Fállale. La lectora sabe que el fracaso lleva al clímax y que todo tiene un final, pero también entiende que siempre existe la posibilidad de escribirle una segunda parte a la historia y que se puede volver a empezar una y otra vez y aun así seguir siendo el héroe. También es consciente de que durante la vida habrá que toparse con uno o dos villanos.
¿Por qué tener miedo de lo que no eres? Las chicas que leen saben que las personas maduran, lo mismo que los personajes de un cuento o una novela, excepción hecha de los protagonistas de la saga Crepúsculo.
Si te llegas a encontrar una chica que lee mantenla cerca, y cuando a las dos de la mañana la pilles llorando y abrazando el libro contra su pecho, prepárale una taza de té y consiéntela. Es probable que la pierdas durante un par de horas pero siempre va a regresar a ti. Hablará de los protagonistas del libro como si fueran reales y es que, por un tiempo, siempre lo son.
Le propondrás matrimonio durante un viaje en globo o en medio de un concierto de rock, o quizás formularás la pregunta por absoluta casualidad la próxima vez que se enferme; puede que hasta sea por Skype.
Sonreirás con tal fuerza que te preguntarás por qué tu corazón no ha estallado todavía haciendo que la sangre ruede por tu pecho. Escribirás la historia de ustedes, tendrán hijos con nombres extraños y gustos aún más raros. Ella les leerá a tus hijos The Cat in the Hat y Aslan, e incluso puede que lo haga el mismo día. Caminarán juntos los inviernos de la vejez y ella recitará los poemas de Keats en un susurro mientras tú sacudes la nieve de tus botas.
Sal con una chica que lee porque te lo mereces. Te mereces una mujer capaz de darte la vida más colorida que puedas imaginar. Si solo tienes para darle monotonía, horas trilladas y propuestas a medio cocinar, te vendrá mejor estar solo. Pero si quieres el mundo y los mundos que hay más allá, invita a salir a una chica que lee.
O mejor aún, a una que escriba.
Encuentra una chica que lee. Sabrás que es una ávida lectora porque en su maleta siempre llevará un libro que aún no ha comenzado a leer. Es la que siempre mira amorosamente los estantes de las librerías, la que grita en silencio cuando encuentra el libro que quería. ¿Ves a esa chica un tanto extraña oliendo las páginas de un libro viejo en una librería de segunda mano? Es la lectora. Nunca puede resistirse a oler las páginas de un libro, y más si están amarillas.
Es la chica que está sentada en el café del final de la calle, leyendo mientras espera. Si le echas una mirada a su taza, la crema deslactosada ha adquirido una textura un tanto natosa y flota encima del café porque ella está absorta en la lectura, perdida en el mundo que el autor ha creado. Siéntate a su lado. Es posible que te eche una mirada llena de indignación porque la mayoría de las lectoras odian ser interrumpidas. Pregúntale si le ha gustado el libro que tiene entre las manos.
Invítala a otra taza de café y dile qué opinas de Murakami. Averigua si fue capaz de terminar el primer capítulo de Fellowship y sé consciente de que si te dice que entendió el Ulises de Joyce lo hace solo para parecer inteligente. Pregúntale si le encanta Alicia o si quisiera ser ella.
Es fácil salir con una chica que lee. Regálale libros en su cumpleaños, de Navidad y en cada aniversario. Dale un regalo de palabras, bien sea en poesía o en una canción. Dale a Neruda, a Pound, a Sexton, a Cummings y hazle saber que entiendes que las palabras son amor. Comprende que ella es consciente de la diferencia entre realidad y ficción pero que de todas maneras va a buscar que su vida se asemeje a su libro favorito. No será culpa tuya si lo hace.
Por lo menos tiene que intentarlo.
Miéntele, si entiende de sintaxis también comprenderá tu necesidad de mentirle. Detrás de las palabras hay otras cosas: motivación, valor, matiz, diálogo; no será el fin del mundo.
Fállale. La lectora sabe que el fracaso lleva al clímax y que todo tiene un final, pero también entiende que siempre existe la posibilidad de escribirle una segunda parte a la historia y que se puede volver a empezar una y otra vez y aun así seguir siendo el héroe. También es consciente de que durante la vida habrá que toparse con uno o dos villanos.
¿Por qué tener miedo de lo que no eres? Las chicas que leen saben que las personas maduran, lo mismo que los personajes de un cuento o una novela, excepción hecha de los protagonistas de la saga Crepúsculo.
Si te llegas a encontrar una chica que lee mantenla cerca, y cuando a las dos de la mañana la pilles llorando y abrazando el libro contra su pecho, prepárale una taza de té y consiéntela. Es probable que la pierdas durante un par de horas pero siempre va a regresar a ti. Hablará de los protagonistas del libro como si fueran reales y es que, por un tiempo, siempre lo son.
Le propondrás matrimonio durante un viaje en globo o en medio de un concierto de rock, o quizás formularás la pregunta por absoluta casualidad la próxima vez que se enferme; puede que hasta sea por Skype.
Sonreirás con tal fuerza que te preguntarás por qué tu corazón no ha estallado todavía haciendo que la sangre ruede por tu pecho. Escribirás la historia de ustedes, tendrán hijos con nombres extraños y gustos aún más raros. Ella les leerá a tus hijos The Cat in the Hat y Aslan, e incluso puede que lo haga el mismo día. Caminarán juntos los inviernos de la vejez y ella recitará los poemas de Keats en un susurro mientras tú sacudes la nieve de tus botas.
Sal con una chica que lee porque te lo mereces. Te mereces una mujer capaz de darte la vida más colorida que puedas imaginar. Si solo tienes para darle monotonía, horas trilladas y propuestas a medio cocinar, te vendrá mejor estar solo. Pero si quieres el mundo y los mundos que hay más allá, invita a salir a una chica que lee.
O mejor aún, a una que escriba.
Foto tomada de http://elduquedecamelot.blogspot.com/2011/05/salir-con-chicas-que-leen.html |
jueves, 28 de abril de 2011
El tiempo pasa...como todo pasa
A veces uno se pregunta por qué pasan las cosas, por qué Dios castiga tan duro o la razón por la que uno se siente mal. He llegado a un punto en mi vida en el que ya no me cuestiono acerca del porqué sino que busco el 'estar mejor'. La vida no se puede ver con mala cara, siento que nunca debe perderse el horizonte que uno quiere tener.
No soporto cuando la gente dice que va a cambiar y yo no dudo de sus buenas intensiones, pero tengo la certeza de que el que mucho habla, poco hace. Hace un tiempo comprobé que el amor no se mendiga, no se suplica. Sólo se siente y se vive como ninguna otra sensación en este mundo.
No entiendo cómo he podido salir de unas tristezas tan hondas y superar unas penas tan amargas. Recuerdo cuando mi papá me decía que todo era poder mental. Yo nunca le creía, pensaba que él se inventaba eso para que yo pensara que se las sabía todas. Nunca tuve la oportunidad de expresarle a mi padre lo bien que estaba. Hoy por hoy me percato de que tenía toda la razón del mundo, hasta este momento me doy cuenta de que si uno quiere manejar la mente, lo hace y consigue lo que desea, así se tarde.
Este tema lo toco porque desde hace algunos días varios amigos, familiares y hasta yo misma, hemos puesto a prueba nuestros corazones. Unos porque dejaron a un lado sus vidas de pareja y comenzaron a vivir como solteros. Otros porque no soportan la idea de que una persona los deje y quieren escudarse en que no pueden con el dolor para seguir en un círculo vicioso. Algunos cuantos deben aceptar la enfermedad de un ser querido y otros pocos quieren quedarse sintiendo mal.
A ellos, mis seres cercanos, les digo que 'querer es poder'. A veces a mí me dicen: "Ay, pero ¿por qué sos tan positiva?", "Tenés que aterrizar porque no todo es color de rosa" o "la vida no es como uno se la espera". Pues a todas esas personas les digo que el positivismo hace que mi existencia sea muchísimo más feliz, que si yo quiero ver las cosas de color rosa, lo hago porque es mi visión o no la de ustedes y a demás les informo que sí, yo sé que no siempre las cosas salen como uno se las espera, pero ¿qué tal que todo pasara como un lo pide? No habría sazón, la vida no tendría la sal ni el azúcar que se necesitan para hacer una buena receta.
Un querido amigo, Daniel La Rosa, me envió un texto del escritor Paulo Coelho, se lo envié a varios conocidos y amigos y recibí excelentes comentarios. Mi existencia en este momento se resume en este pequeño escrito. Lean y reflexionen.
Siempre es preciso saber cuándo se acaba una etapa de la vida. Si insistes en permanecer en ella más allá del tiempo necesario, pierdes la alegría y el sentido del resto. Cerrando círculos, o cerrando puertas, o cerrando capítulos, como quieras llamarlo. Lo importante es poder cerrarlos, y dejar ir momentos de la vida que se van clausurando.
¿Terminó tu trabajo?, ¿Se acabó tu relación?, ¿Ya no vives más en esa casa?, ¿Debes irte de viaje?, ¿La relación se acabó? Puedes pasarte mucho tiempo de tu presente "revolcándote" en los por qué, en devolver el cassette y tratar de entender por qué sucedió tal o cual hecho. El desgaste va a ser infinito, porque en la vida, tú, yo, tu amigo, tus hijos, tus hermanos, todos y todas estamos encaminados hacia ir cerrando capítulos, ir dando vuelta a la hoja, a terminar con etapas, o con momentos de la vida y seguir adelante.
No podemos estar en el presente añorando el pasado. Ni siquiera preguntándonos por qué. Lo que sucedió, sucedió, y hay que soltarlo, hay que desprenderse. No podemos ser niños eternos, ni adolescentes tardíos, ni empleados de empresas inexistentes, ni tener vínculos con quien no quiere estar vinculado a nosotros. ¡Los hechos pasan y hay que dejarlos ir!
Por eso, a veces es tan importante destruir recuerdos, regalar presentes, cambiar de casa, romper papeles, tirar documentos, y vender o regalar libros.
Los cambios externos pueden simbolizar procesos interiores de superación.
Dejar ir, soltar, desprenderse. En la vida nadie juega con las cartas marcadas, y hay que aprender a perder y a ganar. Hay que dejar ir, hay que dar vuelta a la hoja, hay que vivir sólo lo que tenemos en el presente…
El pasado ya pasó. No esperes que te lo devuelvan, no esperes que te reconozcan, no esperes que alguna vez se den cuenta de quién eres tú… Suelta el resentimiento. El prender "tu televisor personal" para darle y darle al asunto, lo único que consigue es dañarte lentamente, envenenarte y amargarte.
La vida está para adelante, nunca para atrás. Si andas por la vida dejando "puertas abiertas" por si acaso, nunca podrás desprenderte ni vivir lo de hoy con satisfacción. ¿Noviazgos o amistades que no clausuran?, ¿Posibilidades de regresar? (¿a qué?), ¿Necesidad de aclaraciones? , ¿Palabras que no se dijeron?, ¿Silencios que lo invadieron? Si puedes enfrentarlos ya y ahora, hazlo, si no, déjalos ir, cierra capítulos. Dite a ti mismo que no, que no vuelven. Pero no por orgullo ni soberbia, sino, porque tú ya no encajas allí en ese lugar, en ese corazón, en esa habitación, en esa casa, en esa oficina, en ese oficio.
Tú ya no eres el mismo que fuiste hace dos días, hace tres meses, hace un año. Por lo tanto, no hay nada a qué volver. Cierra la puerta, da vuelta a la hoja, cierra el círculo. Ni tú serás el mismo, ni el entorno al que regresas será igual, porque en la vida nada se queda quieto, nada es estático. Es salud mental, amor por ti mismo, desprender lo que ya no está en tu vida.
Recuerda que nada ni nadie es indispensable. Ni una persona, ni un lugar, ni un trabajo. Nada es vital para vivir porque cuando tú viniste a este mundo, llegaste sin ese adhesivo. Por lo tanto, es costumbre vivir pegado a él, y es un trabajo personal aprender a vivir sin él, sin el adhesivo humano o físico que hoy te duele dejar ir.
Es un proceso de aprender a desprenderse y, humanamente se puede lograr, porque te repito: nada ni nadie nos es indispensable. Sólo es costumbre, apego, necesidad. Por eso cierra, clausura, limpia, tira, oxigena, despréndete, sacúdete, suéltate.
Hay muchas palabras para significar salud mental y cualquiera que sea la que escojas, te ayudará definitivamente a seguir para adelante con tranquilidad. ¡Esa es la vida!
En resumidas cuentas...SI DEL CIELO TE CAEN LIMONES APRENDE A HACER LIMONADA.
¿Terminó tu trabajo?, ¿Se acabó tu relación?, ¿Ya no vives más en esa casa?, ¿Debes irte de viaje?, ¿La relación se acabó? Puedes pasarte mucho tiempo de tu presente "revolcándote" en los por qué, en devolver el cassette y tratar de entender por qué sucedió tal o cual hecho. El desgaste va a ser infinito, porque en la vida, tú, yo, tu amigo, tus hijos, tus hermanos, todos y todas estamos encaminados hacia ir cerrando capítulos, ir dando vuelta a la hoja, a terminar con etapas, o con momentos de la vida y seguir adelante.
No podemos estar en el presente añorando el pasado. Ni siquiera preguntándonos por qué. Lo que sucedió, sucedió, y hay que soltarlo, hay que desprenderse. No podemos ser niños eternos, ni adolescentes tardíos, ni empleados de empresas inexistentes, ni tener vínculos con quien no quiere estar vinculado a nosotros. ¡Los hechos pasan y hay que dejarlos ir!
Por eso, a veces es tan importante destruir recuerdos, regalar presentes, cambiar de casa, romper papeles, tirar documentos, y vender o regalar libros.
Los cambios externos pueden simbolizar procesos interiores de superación.
Dejar ir, soltar, desprenderse. En la vida nadie juega con las cartas marcadas, y hay que aprender a perder y a ganar. Hay que dejar ir, hay que dar vuelta a la hoja, hay que vivir sólo lo que tenemos en el presente…
El pasado ya pasó. No esperes que te lo devuelvan, no esperes que te reconozcan, no esperes que alguna vez se den cuenta de quién eres tú… Suelta el resentimiento. El prender "tu televisor personal" para darle y darle al asunto, lo único que consigue es dañarte lentamente, envenenarte y amargarte.
La vida está para adelante, nunca para atrás. Si andas por la vida dejando "puertas abiertas" por si acaso, nunca podrás desprenderte ni vivir lo de hoy con satisfacción. ¿Noviazgos o amistades que no clausuran?, ¿Posibilidades de regresar? (¿a qué?), ¿Necesidad de aclaraciones? , ¿Palabras que no se dijeron?, ¿Silencios que lo invadieron? Si puedes enfrentarlos ya y ahora, hazlo, si no, déjalos ir, cierra capítulos. Dite a ti mismo que no, que no vuelven. Pero no por orgullo ni soberbia, sino, porque tú ya no encajas allí en ese lugar, en ese corazón, en esa habitación, en esa casa, en esa oficina, en ese oficio.
Tú ya no eres el mismo que fuiste hace dos días, hace tres meses, hace un año. Por lo tanto, no hay nada a qué volver. Cierra la puerta, da vuelta a la hoja, cierra el círculo. Ni tú serás el mismo, ni el entorno al que regresas será igual, porque en la vida nada se queda quieto, nada es estático. Es salud mental, amor por ti mismo, desprender lo que ya no está en tu vida.
Recuerda que nada ni nadie es indispensable. Ni una persona, ni un lugar, ni un trabajo. Nada es vital para vivir porque cuando tú viniste a este mundo, llegaste sin ese adhesivo. Por lo tanto, es costumbre vivir pegado a él, y es un trabajo personal aprender a vivir sin él, sin el adhesivo humano o físico que hoy te duele dejar ir.
Es un proceso de aprender a desprenderse y, humanamente se puede lograr, porque te repito: nada ni nadie nos es indispensable. Sólo es costumbre, apego, necesidad. Por eso cierra, clausura, limpia, tira, oxigena, despréndete, sacúdete, suéltate.
Hay muchas palabras para significar salud mental y cualquiera que sea la que escojas, te ayudará definitivamente a seguir para adelante con tranquilidad. ¡Esa es la vida!
En resumidas cuentas...SI DEL CIELO TE CAEN LIMONES APRENDE A HACER LIMONADA.
jueves, 7 de abril de 2011
¡A veces odio pensar!
Ayer odié pensar, probablemente hoy también lo haga y demás que mañana. ¿No les ha pasado que hay días en que sinceramente quisieran largarse para el monte y no pensar en nada ni nadie? Uno cree que sólo de esa manera encontraría la tranquilidad. ¡Pero no! Lastimosamente de los pensamientos, malos o buenos, nunca se puede escapar.
Para entretenerme he decidido comenzar a nadar. ¡Sí, a nadar! No he sido la más deportista de mi familia, ni de mi grupo de amigos, conocidos o de las personas que viven en mi cuadra, mi barrio, mi ciudad o mi país (jaja). En realidad nunca me han gustado los deportes. Cuando estaba pequeña intenté tantos que perdí la cuenta, pero entre los que recuerdo están la natación, el voleibol, basketball y tenis.
De lo que sí tengo memoria es de las clases de nado. Mejor dicho. ¡Aprendí a nadar porque Dios es muy grande y creo, creo que me ama! Resulta que como nunca he tenido facultades para los deportes, cuando mis papás me metieron a clases para aprender a defenderme en el agua les hice 'malacara'. Pero siendo tan pequeña (tenía seis años) comprendí que era sumamente importante porque de lo contrario podría ahogarme y no quería morir.
Entré a la piscina, mis papás se fueron y cuando la profesora nos empezó a dar la clase yo me puse a jugar con los inflables que entretenían a los niños más chiquitos. La maestra prácticamente me obligaba a aprender, pero yo tenía una pereza horrible. El caso es que mi mamá y mis tías recuerdan que cuando me recogían yo estaba en una esquina de la piscina jugando y 'echando chiste' con los amiguitos de la clase (algunas cosas nunca cambian. ¿Verdad?)
El caso es que aprendí a nadar, a las patadas pero aprendí. Ahora puedo considerarme alguien que puede hacer ejercicio, de vez en cuando, en la piscina. Éste es el caso de los últimos días. No he dormido bien, he pensado más de la cuenta y me duelen todos las partes del cuerpo...desde el pelo hasta el dedo gordo del pie. Todo el día me siento cansada y mi cerebro me pide un descansito.
La piscina me ayuda a relajar los músculos y a dormir mejor. También me ayuda relajar mis pensamientos. Mientras estoy nadando toda mi mente se convierten en un diminutivo y me concentro en la técnica del ejercicio. ¡Ah! y en no ahogarme. Es como si el agua ahogara lo que pienso. Pero cuando mi cabeza sale del agua ooooootra vez regresan, como hormigas, aquellas sensaciones que quiero esconder.
Si a eso vamos me debería ir a vivir debajo del agua. Pero no. Resulta que en esta vida las realidades hay que afrontarlas. Cuando tengo pensadera siempre recuerdo que alguna vez en el pasado también la tuve y que desapareció circunstancialmente. Entonces aunque a veces odie pensar...es tan necesario para llegar a conclusiones, que así sean ilógicas, conclusiones son.
Carolina, una de mis mejores amigas, me presta la piscina de su edificio siempre que quiero. A media cuadra de mi casa y máximo 100 pasos está el agua que me relaja. |
domingo, 3 de abril de 2011
¡Cómo cambian los tiempos!..¿Guía para ser una buena esposa?
Ayer, en la noche, mi amiga Luisa, la que se mantiene feliz, me mandó un correo que me provocó desde risas hasta pensadera. Los tiempos cambian y con ellos, las personas. Las mujeres ahora somos independientes, trabajadoras y tenemos los mismos problemas laborales de los hombres.
Según varias páginas en Internet, estas imágenes son la adaptación de un artículo publicado el 13 de mayo de 1955 en Housekeeping Monthly, titulado Good Wife´s Guide, en el cual se daban las pautas a las mujeres para que fueran excelentes esposas y así mantener el ambiente familiar en óptimas condiciones.
Al parecer este tema entra en conflicto con una canción de Paulina Rubio que dice: "Yo no soy esa mujer que no sale de casa y que pone a tus pies lo mejor de su alma..."
Les dejo las imágenes para que formen su propio concepto. Ya le envié este e-mail a mi amigo "Seele", mi compañero musical, y su respuesta fue: "Y esas...¿En dónde se consiguen?", mi respuesta fue: "Creo que la última fue mi abuela, y eso que era así cuando estaba con mi abuelo, ahora que él 'se fue' cambió su mentalidad...Lo siento, últimamente ya no se fabrican iguales".
Para más información puedes ingresar al portal http://en.wikipedia.org/wiki/Good_Wife's_Guide
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Cositera,
Una cajita de música
¡119 años del Sundae!
Dicen que no hay nada mejor para levantar el ánimo que un helado bien rico o unos chocolates rellenos de arequipe. El dulce, por muchos años, ha sido el amigo fiel de las mujeres con penas amorosas, de los niños con golpes por jugar bruscamente con sus amiguitos y de los hombres que quieren conquistarnos 'a punta' de placeres que engordan.
¡Pero qué importa la gordura cuando un día de verano se puede caminar por cualquier calle y refrescarse con un sundae bien rico! Adiós a los remordimientos los fines de semana. Viernes, sábado y domingos están hechos para disfrutar del aire fresco de las mañanas, hacer ejercicio y comerse esos placeres culposos que lo hacen sentir vivo a uno, como por ejemplo, un sundae bañado de arequipe, almíbar de melocotón o dulce de fresas.
Hoy está haciendo un día divino en Medellín. ¡Qué 'solazo' tan chévere! Un día para pasear, estar con los amigos o familia en algún pueblo cercano a la ciudad. Pero este clima divertido se emparejó con una fecha que, para mí, es súper especial. ¡Es el aniversario número 199 del sundae!
Según Wikipedia, el sundae también recibe el nombre de dominguera y es un "postre que generalmente consiste en una bola de helado cubierto con salsa o jarabe (a menudo de chocolate, caramelo, fresas o dulce de leche), y en algunos casos, otros ingredientes como frutos secos picados, crema de leche, crema chantilly o cerezas en almíbar".
El 3 de abril de 1882 nació uno de los inventos más emocionantes para mí...el sundae, el cual surgió, según la página VisitIthaca.com, cuando "después de los servicios religiosos en la Iglesia unitaria, el reverendo John M. Scott realizó su acostumbrada visita a la farmacia en el centro de Ithaca.
Allí se reunió con Chester C. Platt, tesorero de la iglesia y propietario de la farmacia.
En busca de refrescos para él y el reverendo, Platt pidió a su secretario DeForest Christiance dos copas de helado. Platt tomó las copas y y puso jarabe de cereza y una cereza confitada.
El plato terminado parecía encantador y con delicioso sabor, hasta el punto que los hombres se sintieron obligados a ponerle un nombre a la nueva creación. Luego de numerosas ideas, Scott sugirió que se nombrara como el día en que fue creado".
Allí se reunió con Chester C. Platt, tesorero de la iglesia y propietario de la farmacia.
En busca de refrescos para él y el reverendo, Platt pidió a su secretario DeForest Christiance dos copas de helado. Platt tomó las copas y y puso jarabe de cereza y una cereza confitada.
El plato terminado parecía encantador y con delicioso sabor, hasta el punto que los hombres se sintieron obligados a ponerle un nombre a la nueva creación. Luego de numerosas ideas, Scott sugirió que se nombrara como el día en que fue creado".
Qué dulce tentación. Me voy a comer uno YA.
La página Google.com le hace tributo al aniversario 119 del sundae con esta imagen en su página inicial |
Foto tomada del portal http://www.cpsc.gov/cpscpub/prerel/prhtml08/08220.html |
Foto tomada del portal http://www.allposters.es/-sp/Hot-Fudge-Sundae-Posters_i1372078_.htm |
Foto tomada del portal http://newyork.seriouseats.com/2008/09/sugar-rush-fairway-cafes-hot-fudge-sundae-upper-west-side-nyc.html |
viernes, 25 de marzo de 2011
Adiós a Gloria Valencia de Castaño
Anoche falleció La Primera Dama de la Televisión en Colombia (sobrenombre que ella decía "no merecer"). Sí, es triste aceptar la pérdida de una de las periodistas más importantes de Colombia pero uno termina por acostumbrarse a la ausencia de la gente. Doña Gloria estaba alejada de las pantallas desde hace muchos años pero su hija, Pilar Castaño, quien siguió sus pasos en el mundo de la moda, la mantuvo vigente en el pensamiento de los interesados por el entretenimiento y la ecología.
Y es que precisamente esas son las áreas que enaltecieron la existencia de La Primera Dama. Ella fue una de las precursoras hablando de periodismo de ecología, moda y entretenimiento. Aún cuando la televisión era a blanco y negro ella le puso color a las pantallas de aquellos que no se perdían programas como Conozca a los autores, El lápiz mágico, El modo y la moda, Viaje alrededor del arte, Naturalia y El precio es correcto, entre otros. A demás gracias a ella podemos cantar: "Feliz cumpleaños amiguitos, les desea Ponqué Ramo...". La periodista hacía este comercial.
Desde los años 50, Gloria Valencia de Castaño construyó, junto a su esposo, Álvaro Castaño, un nombre que sería reconocido en las generaciones futuras como uno de los más influyentes en el mundo de las comunicaciones. Entre muchos otros logros, esta mujer fue la fundadora de la emisora HJCK, El mundo en Bogotá y por más de medio siglo fue colaboradora en varios programas de la misma. Esta estación radial se transmite vía internet y trata temas culturales.
De resaltar es la relación de esta mujer con su esposo, el seño Álvaro Castaño. Él la define a ella como "el regalo más hermoso que Dios le dio". Sus ojos brillan cuando la recuerda. Con dos hijos y cinco nietos, esta tolimense, nacida el 27 de julio de 1927, tenía un hogar estable que se consolidó como uno de los más fuertes en el mundo del entretenimiento, al igual que su amistad con Fernando González Pacheco, otro grande de la televisión.
Esta señora de ojos claros tenía una elegancia única frente a las cámaras. Cualidad que muchos deberíamos aprender. Su elocuencia se hacía más evidente cuando le preguntaban por sus hijos Pilar y Rodrigo, pero enmudecía cuando hablaba de sus nietos pues según ella eran "lo último de lo último" en su vida.
Esta señora de ojos claros tenía una elegancia única frente a las cámaras. Cualidad que muchos deberíamos aprender. Su elocuencia se hacía más evidente cuando le preguntaban por sus hijos Pilar y Rodrigo, pero enmudecía cuando hablaba de sus nietos pues según ella eran "lo último de lo último" en su vida.
Para aquellos que piensan que el periodismo de entretenimiento (cultural) es una tontería, esta mujer le dio sentido. Porque este énfasis de la carrera no es piernas y cirugías, entretener e informar al mismo tiempo ¡es lo más difícil que hay!
Lo curioso es que muchos medios de comunicación 'lloran' a La Primera Dama de la Televisión en Colombia, pero "no admiten presentadoras que no sean modelos y no tienen programas de cultura ni naturaleza". ¡Qué ironía!, ¿no? Tomé esta frase de una buena amiga, Xiomara Torrado, quien trabaja en un medio de entretenimiento reconocido en el país y fue mi compañera de trabajo.
Lo curioso es que muchos medios de comunicación 'lloran' a La Primera Dama de la Televisión en Colombia, pero "no admiten presentadoras que no sean modelos y no tienen programas de cultura ni naturaleza". ¡Qué ironía!, ¿no? Tomé esta frase de una buena amiga, Xiomara Torrado, quien trabaja en un medio de entretenimiento reconocido en el país y fue mi compañera de trabajo.
Acepto, con pena, que hace algún tiempo no sabía quién era Gloria Valencia de Castaño; sin embargo, uno de los maestros más grandes que he tenido en mi vida, el periodista Juan Carlos Insignares, me puso a investigar, a leer acerca de la vida de esta mujer que hoy admiro y a la que me siento orgullosa de haberme acercado a través de videos y archivos de prensa.
Descanse en paz maestra de nosotros, los nuevos comunicadores. Gracias por abrirnos las puertas a la cultura, la moda y la ecología.
Foto tomada del portal http://feriasycongresosdelmundo.com/index.php/inexmoda-le-rindio-homenaje-a-gloria-valencia-de-castano-en-el-marco-de-colombiatex-de-las-americas-2011/ |
Foto tomada del portal http://www.patrimoniofilmico.org.co/noticias/122.htm |
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miércoles, 23 de marzo de 2011
"Una esposa de mentira"...¡Para morirse de la risa!
Desde Una noche de amor en Las Vegas y La resaca, no me reía tanto con una película. La unión entre Jennifer Aniston y Adam Sandler resultó ser una de las más cómicas que he visto en el mundo del cine.
Katherine, la secretaria desarreglada de uno de los cirujanos plásticos más famosos en Estados Unidos, es una mujer divorciada, con dos hijos que son su vida entera. Su jefe es Danny (Sandler), quien ha buscado el amor por años, hasta que por fin lo encontró en Palmer (Brooklyn Decker), una tierna profesora de primaria que adora trabajar con niños.
La escultural rubia piensa que el médico es divorciado (lo cual no es cierto) y él, tras seguirle la corriente y queriendo convencerla de que su supuesta ex esposa no es una amenaza en su relación, le pide a Katherine (su secretaria) que haga el papel de su antigua pareja y que a demás, le 'preste a sus hijos, Maggie y Michael, para completar la ecuación.
Todo se convierte en una obra de teatro que gira alrededor de la supuesta familia de Danny, quien intenta conquistar a Palmer. Ésta sin darse cuenta acerca a los dos protagonistas amorosamente.
¡Qué actuaciones! Lo que más me gustó fue la interpretación de los hijos de Katherine (Aniston). Maggie es Bailee Madison. Una niña obsesionada por la actuación que quiere ganarse un premio Óscar cuando sea grande y constantemente cambia su acento americano, por el británico. Michael (Griffin Gluck) es un pequeño que se 'muere de ganas' por ir a Hawai, razón por la que chantajea al médico para que lo lleve a este destino turístico a cambio de pretender ser su hijo.
A demás de estas actuaciones, quedé encantada con la participación de Nicole Kidman en la cinta. Su papel es muy diferente a lo que normalmente la vemos haciendo. Éste no tiene nada de drama ni suspenso. Por el contrario, es gracioso y 'con chispa'. Un buen giro actoral en la vida de la rubia.
Una esposa de mentira, en inglés, Just go with it, es una comedia para toda la familia. Es muy graciosa, se me salían las lágrimas de la risa. Si quieren ver una cinta sin estrés de ninguna clase, con la que se puedan relajar y pasar un buen rato, la recomiendo 100%
Divertida, animada y con un tema fuera de lo común...Just go with it es una excelente opción.
La página oficial de la película es http://www.justgowithit-movie.com/ |
Foto tomada del portal http://www.csmonitor.com/The-Culture/Movies/2011/0211/Just-Go-With-It-movie-review |
martes, 22 de marzo de 2011
Una nueva alternativa
Muchas personas piensan que para acceder a información deben consultar portales de empresas grandes del mundo. Pero para mí hay seguridad total de que en la web hay muchas opciones para estar enterado y a demás para apoyar el periodismo joven del mundo entero.
Hay que recordar que los periodistas ilustres de hoy fueron aprendices en el pasado. Nosotros, los comunicadores que estamos comenzando, los que amamos esta profesión con el alma, aquellos que hablamos de esto y se nos hincha el corazón estamos haciendo nuestros primeros pasitos en los medios. Nosotros, que estamos detrás de las pantallas, de las páginas y de los televisores del ciudadano queremos tener voz, que nos escuchen; soñamos con ser reconocidos y que nuestros nombres sean sinónimos de 'calidad'.
Éste es el caso de muchos compañeros míos de la universidad y uno de ellos lanzó en días pasados su espacio para mantener informados, a sus seguidores y amigos, del mundo del entretenmiento.
Yo defiendo a capa y espada este énfasis de mi carrera...¿Qué sería de la vida sin diversión y sin noticias light? Tengo la respuesta: sería un planeta que sólo escucharía noticias de ecología, política, economía y deportes (a los cuales no les quito su importancia porque son 'el plato fuerte'), pero el entretenimieneto lo que hace es refrescar la mente y darle otro énfasis a la noticia. Porque informar y divertir al mismo tiempo no es nada fácil.
Yo defiendo a capa y espada este énfasis de mi carrera...¿Qué sería de la vida sin diversión y sin noticias light? Tengo la respuesta: sería un planeta que sólo escucharía noticias de ecología, política, economía y deportes (a los cuales no les quito su importancia porque son 'el plato fuerte'), pero el entretenimieneto lo que hace es refrescar la mente y darle otro énfasis a la noticia. Porque informar y divertir al mismo tiempo no es nada fácil.
¡Arriba el entretenimiento y arriba Locked...Por Andrés 'Kardona'!
Éste es el link que pueden visitar y les enseño un pantallazo de lo que encontrarán en este grupo de Facebook.
viernes, 18 de marzo de 2011
Regresa la 'niña bonita'
"No quiero ser tu niña bonita, ni quiero estar perdida en tus sueños. Quiero pertenecer a tu vida, quiero causar la herida de amor...". Ésta fue la canción 'bandera' de la costeña Maía que meneaba sus caderas al ritmo de tambores mezclados con pop, en el 2003.
Luego, con su disco, Natural, conquistó a latinoamérica, Estados Unidos y Europa y el single principal de éste fue Ingenuidad. Estas canciones son la consigna de mi época en el colegio, cuando en los descansos, algunas emisoras de Medellín nos llevaron de sorpresa a la cantante. Ella con su potente voz nos dejaba felices a todas las estudiantes que entonábamos sus temas que hablan del desamor y la pasión.
Después de desaparecer de la escena artística, esta maravillosa artista regresa a las emisoras con un clásico del vallenato, Qué será de mí, y lo fusiona con electrónica.
Pienso que esta canción debería estar en la lista de canciones discotequeras de nuestro país. Me gusta porque es fresca, muestra a una Maía madura musicalmente y que está experimentando ritmos que son nuevos para ella, incluyendo el reguetón que está presente en su próximo disco con los paisas Jutha & Small.
Los dejo cantando..."¿Qué será de mi vida sin tí?, ¿qué será de tu vida sin mí?...¿Qué seráaaaaaa?"
"Black swan", una película deliciosamente perturbadora
Cuando uno sale de cine luego de ver Black swan la cabeza le da vueltas. Al menos eso fue lo que me pasó a mí.
Es impresionante la manera como el director, Darren Aronofsky, maneja los planos y las tomas. Al comenzar la cinta la cámara es 'a hombro', es decir que la imagen se mueve de acuerdo a los pasos que va dando el camarógrafo.
Los primeros cinco minutos uno se siente mareado, pues la vista apenas se está acostumbrando a los saltos en la imagen; sin embargo, a medida que la protagonista, Natalie Portman, se va enloqueciendo, la cámara se queda más quieta hasta llegar al punto de no moverse. La intención de esto es simple...uno como espectador ya está enloquecido visualmente por el movimiento intenso de las tomas, por esto, cuando Nina Sayers (Portman) se obsesiona con su papel de cisne, la imagen se estabiliza para entrar a jugar con la 'locura' del auditorio.
¡Qué hermosa psicología!
Mila Kunis hace el papel de Lily, una compañera de ballet de la protagonista, quien es el blanco de la obsesión de ésta. Nina sueña con ella, la persigue y vigila sus pasos, quiere ser su doble y dominar la naturalidad de su baile.
Es totalmente perturbadora la actuación de Natalie Portman. Pero no por mala...al contrario. La manera como interpreta a Nina es magistral. Una niña llena de inseguridades, tímida. Detrás de ella hay una mujer decidida por obtener lo que quiere y que a demás es obsesiva, a tal punto de convertirse en un verdadero cisne.
El cisne negro no está recomendada para niños. Es una película que maneja la psicología del ser humano y que intenta también jugar un poco con la mente del espectador. Mucha emoción, muchísima pasión. Suspenso, drama y arte en una sóla pieza, que lleva al público a una confusión que se convierte en un placer culposo. A pesar de que no está catalogada como película de terror, alcanza a asustar y a estremecer de una manera tan inconciente como sólo las obras maestras saben hacerlo.
Mi calificativo para Black swan es...una película deliciosamente perturbadora que merece los premios que tiene en su mesa de noche.
La página web de la película es: http://www.foxsearchlight.com/blackswan/ En ésta encontrarán trailer, contenido y fotografías oficiales de Black Swan |
Una película regular que no tiene nada novedoso
Últimamente hemos visto en varios medios de comunicación la publicidad de la más reciente película de Reese Witherspoon, Owen Wilson, Paul Rudd y Jack Nicholson, How do you know, en español ¿Cómo saber si es amor?
La actriz de Legalmente rubia siempre me impacta, sus papeles son tan buenos y centrados; sin embargo, siento que las últimas películas que ha hecho son iguales, neutros y no difieren el uno del otro.
Owen Wilson y Paul Rudd tienen personajes buenos, tiernos. Hacen de hombres inteligentes. El primero es un deportista millonario y mujeriego que encuentra en la protagonista el amor. Rudd está pasando por el peor momento de su vida. Tiene una demanda y el Estado entabló una investigación en su contra; sin embargo, cuando conoce a la esbelta rubia, encuentra un motivo para sonreír.
La película es totalmente predecible. La actuación de Jack Nicholson es impecable pero tiene un papel muy pobre. Es el padre de Paul Rudd quien irá a la cárcel y trata de convencer a su hijo para que mienta y así pueda quedar en libertad.
How do you know es la típica película que pasarían en los canales nacionales un día festivo. No la recomiendo para cine. Aunque es entretenida no es la mejor cinta para pasar una buena tarde.
jueves, 17 de marzo de 2011
¡Medellín está pintado!
No puedo creer la belleza de estas fotos. Me las envió mi amigo Juan David Arredondo y las tomó desde su apartamento con vista panorámica de toda la ciudad.
Al parecer, a Medellín lo están pintando con acuarela. El cielo de la capital antioqueña parece intervenido por algo Divino.
martes, 15 de marzo de 2011
Tengo una amiga que SIEMPRE está feliz
Normalmente yo soy una persona feliz. Tuve mi época de depresiones (como cualquier ser humano) pero por lo general estoy estable y agradezco lo que tengo. En mi vida hay muchas personas maravillosas que llenan mis días de cosas bonitas (porque las que no sirven que no estorben) pero hay una que SIEMPRE está feliz.
Cuando digo SIEMPRE no es un día sí y un día no. Cuando hablo de SIEMPRE es que si la llamas a las 3 de la mañana te contesta con un grito: "¡Holaaaa Lauryyyyyyyyyyyy!", hablo de que cuando me ve se me tira encima y me abraza sin parar. Siempre está contenta porque cuando hacemos natilla en la casa de nuestra mejor amiga, ella canta mientras limpia la olla. Luisa parece un sapito que siempre se ríe, canta y baila.
Por muchos años (pues la conozco desde el colegio) me he preguntado de dónde diablos saca tanta energía. Pues hoy me envió un mensaje que me llegó al corazón. Le pedí permiso para publicarlo porque descubrí la clave de su felicidad.
"Y cuando pensemos que las cosas salen mal, que el jefe apesta, que estamos enfermos, que no tenemos el carro el computador o la ropa que queremos. Cuando tenemos antojos que no podemos satisfacer, cuando sentimos que las cosas no están siendo justas con nosotros. Pues ASI ES. De todas las cosas malas que pasan a diario sería justo que nos llegara alguna, incluso por probabilidad. Asiíque sonriámosle al jefe, limpiemos el viejo carro, lavemos con Vel Rosita la ropa vieja y demos gracias porque somos tan malditamente afortunados que no sacamos ni un minuto al día de nuestra afortunada vida para agradecer a Dios, al cosmos, a Buda, al que usted considere que seguimos viviendo Y VIVIMOS BIEN..."
Luisa Fernanda Muñoz Fernández.
Ella es mi amiga más FELIZ
Luisa Fernanda Muñoz Fernández.
Ella es mi amiga más FELIZ
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